FELIPE EXPÓSITO
Su llamamiento a la Patria Celestial
El martes 1 de julio de 2008 pasó a la presencia del Señor nuestro apreciado hermano Felipe Expósito. En la Iglesia en calle Brasil 1750, se percibe hoy, el dolor de la partida de un gran hombre de Dios.
No obstante la poderosa influencia de su vida, su carácter, sus actitudes, su entrega, su compromiso con la obra, sus enseñanzas, basadas siempre en un profundo estudio literal de la Palabra de Dios, han quedado grabadas en la mente y en el corazón de cada uno de los hermanos.
Más de 50 años de ministerio, en el interior y exterior del país, fueron de un valor incalculable para todo el pueblo de Dios. Su solidez a la hora de exponer, su fina pluma a la hora de escribir, y a la vez su humildad y honradez, hicieron de él un modelo a imitar. Nunca dejó de atribuir y recalcar, esto último, a la misericordia y gracia de Dios.
Sus consejos, su corazón abierto para escuchar, su dinámica, a la hora de plantear objetivos y temas de estudio para el curso de la Iglesia a lo largo de tantos años hizo posible que calle Brasil, tenga una sólida base doctrinal. Lamentablemente, sus últimos años no fueron buenos en cuanto a salud. No obstante con sus limitaciones, nunca abandonó el campo de batalla.
Domingo tras domingo, martes tras martes, se veía bajar al guerrero, del taxi con su bastón, y su Biblia, su mirada penetrante, y un rostro lleno de gozo a pesar de las pruebas.
Llegó el tiempo, en el cual ya no pudo salir más, con su cuerpo impedido, pero con la mente, más ágil que nunca, siguió escribiendo, hasta que 50 días atrás tuvo también que dejar la pluma. Quienes lo conocimos bien de cerca percibimos que esto afectó al guerrero, hasta derramar lágrimas por no poder transmitir su último mensaje.
Quedan con nosotros sus obras literarias conocidas y otras, si Dios lo permite por conocer, pero lo más importante creemos, es recordar al varón que peleó la buena batalla hasta el final.
Sin quejas, sin reproches, …. CON LA ANTORCHA DE LA FE BIEN EN ALTO
Al hacer una mirada retrospectiva, no nos queda más que asociarnos con las palabras del apóstol Pablo «Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros»
Hasta pronto pastor.
Iglesia en Calle Brasil 1750 – CABA
Fuente: Revista Campo Misionero, Agosto 2008